No siempre hay un final feliz
El otro día os comentaba el ejemplo de Pancho, un perro cazador al que encontraron casi muerto de hambre y que se había recuperado gracias a los cuidados de los voluntarios del Refugio Kimba, él tuvo suerte, pero por desgracia no todos los animales son salvados a tiempo.
Desde la Asociación de Amigos de los Animales de Granada, nos cuentan la historia de esta pastor alemán de seis meses. Un voluntario de la Asociación se la encontró en una cuneta y al acercarse vio que tenía una pata fuera de lugar, independiente de l a cadera, y la otra seriamente dañada. Sólo hay que mirarle a los ojos para ver lo buena que tenía que ser, el miedo se dejaba ver en su rostro, sólo quería cariño... Los de la protectora lo intentaron pero no había forma de sanarla, nunca podría llevar una vida normal y tuvieron que sacrificarla.
Esta cachorra tuvo mala suerte dos veces, la abandonaron, un desalmadado la atropelló y no fue capaz de para ver si estaba bien... lo máximo que hizo alguien fue tirarle un mendrugo de pan...
Está claro, por mucho que intente darle vueltas a mi cabeza buscando una explicación a estos sucesos, hay gente sin corazón. Si alguna vez te encuentras en una situación similar y no sabes el teléfono de ningún veterinarios, llama al 112, nunca pases de largo.
1 comentario:
Es lamentable que casos como este se sigan sucediendo y en estas fechas resulta, si cabe, aún más indecente.
Me agrada lo que escribes, a ver si publicas más seguido ;-P
saludos
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