Mujer abrazada a un cuervo
Llegas a casa y un paquete te espera encima de la mesa, remitente, Salto de Página, lo abres y dentro, un libro: Mujer abrazada a un cuervo, con una portada oscura en la que se vislumbra una mujer, su mano en primer plano y no sabes si lo que hace es tapar su cara, inexistente. "Buen comienzo", pienso. Siguiente paso, "¿qué dice la contraportada?":
Éste es el secreto: si cierra los ojos, Cruz puede ver lugares en los que nunca ha estado, instantes de vidas ajenas, crímenes o abrazos clandestinos detrás de una cortina vaporosa. Y éste es el peligro: si no tiene cuidado, su mirada indiscreta podría arrastrarla al otro lado, donde los espectros tienen manos y pueden atraparla.
Como obsequio por su inminente licenciatura en Medicina, Cruz Montenegro recibe de su padre el encargo de investigar un insólito caso que pone en cuestión toda la historia de la epidemiología europea: un bebé ha muerto con síntomas de peste bubónica en un pueblo del Pirineo, cuatrocientos años después del último brote que asoló el valle. En su búsqueda, Cruz se adentrará en el misterio de una memoria colectiva en la que todavía late la leyenda de una maldición, un romance prohibido, un untador y una extraña figura con rostro de cuervo caminando entre los enfermos.
Con un vibrante pulso narrativo, Martínez Biurrun transgrede los límites entre géneros para concebir un relato tan asombroso como profundamente humano. Una novela que nos descubre los dones y las maldiciones que corren por el ADN de cada familia y de cada individuo.
Apetece leerlo, ¿verdad? Hace tiempo que no me seduce algo así, tan de repente, sin nada más. En breve plasmaré mis impresiones, pero si quieres empezar a leerlo puedes hacerlo aquí.